Las cosas que sólo puedes mientras viajas en el metro

Hola a todos, soy Dann (Cruz Azul sigue sin ser campeón y la vida sigue siendo normal, así que debo seguir escribiendo). Una de las actividades más recurrentes de las personas que viven en la ciudad y no poseen un automóvil, es la de transportarse a cualquier lugar mediante el servicio público. Y bueno, en México son bastante curiosos los eventos con los cuales nos encontramos diariamente. Es por eso que hoy, te hablaré sobre las cosas que solamente podrás ver mientras te transportas en el metro. Acompáñame.

Ocasiones extrañas/curiosas/irreverentes

En el metro a veces encontramos los seres humanos más curiosos de la humanidad. En alguna ocasión seguramente habrás visto personas disfrazadas, personas haciendo escenas de celos, peleándose o dándose cariño de más. Porque es ahí donde encuentras la mayor diversidad de seres humanos en un mismo sitio (ahí y en las ventas nocturnas); donde sientes a tu gente más unida que nunca (claramente más unida porque, cuando es hora pico, podría ser físicamente imposible mantener más unido a dos personas, o a 3, o a 400). Así que, este primer punto están todos es esos pequeños momentos en los que dices: Esto solamente podría pasar en México.

Metro en hora pico

Y hablando de las horas pico, te habrá pasado más de una vez esperar media hora para entrar al vagón del metro; otra media hora (si bien te va) esperando llegar a tu destino, y varios rezos más para intentar salir del vagón en una estación en la cual casi nadie sale. Sin duda, debería existir algún programa llámalo “A prueba de todo en el metro de la Ciudad de México”.

La gran cantidad de cosas que venden

El metro también es conocido por su gran diversidad de manjares que venden dentro de sus instalaciones. Porque seguramente habrás comprado más de una vez: cacahuates, congeladas, discos mp3, algún accesorio para tu celular o Tablet, cortaúñas, ligas, plumas, frituras, refrescos, chocolates y quizá alguna otra cosa. Esto ha llegado a tal extremo que, en algunas estaciones como Pantitlán, he llegado a ver que se vende: queso, longaniza, cueritos, huevos hervidos, fruta y verdura y tacos dorados. Básicamente podrías ir hacer un minisúper al metro. Sin duda, cada vez que me meto al metro me pregunto “¿Qué de raro me encontraré el día de hoy?”.

El amor también viaja en metro

Por último, pero no menos importante, como cualquier mortal que viaja por los abismos en un gusano metálico que transporta carne, habrás encontrado el amor en el metro (música romántica de Juan Gabriel Por favor, o de Luis Miguel también). Y es que, seguramente mientras cerraba la puerta, y la voz ya conocida decía: “permita el libre cierre de puertas” (mientras una señora con bolsas de mandado está intentando entrar golpeando a las puertas), habrás visto al ángel más hermoso que tus ojos hayan podido vislumbrar en esta vida y en la siguiente. Y de pronto, así como el amor llegó, se fue y nunca más lo volvió. Soy tan romántico, lo sé.

¿Te ha pasado alguna otra cosa en el metro? Déjamelo en los comentarios. Tampoco olvides seguirnos en nuestras redes sociales: hay memes y galletitas diariamente; si llegas demasiado temprano, te toca comprar las galletas. Tampoco olvides leer este otro artículo acerca de… no sé de qué será este artículo, pero es muy bueno, lo juro. De verdad. Te reto a que lo leas 😛

Yo soy Dann y espero que me leas una próxima vez… si es que no decido ir a buscar al amor de mi vida en el metro.

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