Debido a la inseguridad, muchos de nosotros hemos ideado qué estrategias usaríamos en caso de que fuéramos atacados por un extraño. Un pensamiento popular es que uno usaría un objeto que siempre tenga a la mano como arma de defensa, por ejemplo, las llaves.
La técnica conocida como “La Wolverine”, en la que pones las llaves entre los dedos, listo para golpear a un agresor, es ampliamente conocida; pero según los instructores de defensa personal, no es muy buena. La creencia de que poner las llaves entre los dedos convertirá su mano en un arma letal es un error muy común. Pero como dice Gabrielle Rubin, fundadora del curso de autodefensa Female Awareness, incluso si alguien está pensando en estrategias o ideas no muy viables, “al menos está pensando en opciones”. Por eso mismo, aquí te mostramos algunas ideas más efectivas para mantenerte a salvo. Y sí, algunas de ellas aún involucran tus llaves.
Use un llavero especial
El problema con la táctica de llaves en mano, señala Rubin, es que si estás en el punto en el que estás tratando de golpear a alguien con el puño, entonces esa persona ya está más cerca de lo que quisieras. Ella sugirió poner tus llaves en algo llamado kubotan, que es una especie de llavero basado en una pequeña arma de bambú que se puede usar para golpear o encajárselo a tu asaltante (sobre todo en puntos sensibles, como ojos o garganta). Es tanto un arma, si se acercan a ti, como un mango al que puedes agarrarte mientras los golpeas con el peso de las propias llaves. Otra opción sería sujetar las llaves a un cordón o cadena.
Sostenga sus llaves de una manera que no le haga daño
Poner las llaves entre los dedos puede recordar a un animal salvaje o tu héroe de acción favorito de Marvel, pero la posibilidad de dañar tu propia mano es muy alta. Matan Gavish, fundador de Krav Maga Academy, dice que mantener sus llaves de esta manera probablemente le causará más problemas a usted que a su agresor.
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“Primero, el área dentada de metal de la llave puede fácilmente causar daño a la piel entre los dedos cuando se usa violentamente”, escribió. “Un dolor agudo como ese puede provocar la apertura de los dedos, lo que reducirá inmediatamente la eficacia de cualquier golpe”.
Además, la base de la llave que golpea el interior de su mano después del impacto también sería dolorosa, agregó, lo que significa que podría dejar caer sus llaves, dejándole vulnerable (o incluso permitiendo que el atacante las tome). Sin embargo, Gavish nota que si tienes un gran puñado de llaves, lo mejor es que se las arrojes en la cara para escapar.
También sugiere que si debes usar tus llaves para luchar, intentes “cerrar un puño alrededor con el borde afilado saliendo por la parte inferior o el meñique”, como en la siguiente foto:
¿Encajar o golpear?
Cuando se trata de usar sus llaves, considere cómo le gustaría usarlas. Rubin redujo las técnicas disponibles a dos factores: “golpear en el hueso, encajar en la carne”. Si tiene las llaves en la mano como sugirió Gavish anteriormente, eso servirá para encajarlas. Opte por los ojos, la garganta, el plexo solar y la ingle. Si las está sosteniendo más como un palo, querrá golpearlos en lugares con muchos huesos. Golpear a alguien en la mano siempre es mucho más doloroso que en el antebrazo, por ejemplo, que generalmente está protegido por músculos carnosos.
Chris Moran de JKD también sugiere dos formas de sostener sus llaves dependiendo de qué tantas tenga, y luego atacar a un asaltante como si estuviera “dibujando una ‘X’ con su mano para atacar”.
El mensaje general es que las llaves pueden usarse como arma en una confrontación, pero algunas tácticas son mucho más efectivas que otras, y el método más publicitado (“La Wolverine”) puede ser contraproducente para su seguridad.
La típica idea de “¡Usaré mis llaves!” está vinculada a lo que Rubin llama la “ilusión de seguridad”. Mucha gente tiene miedo de llevar dispositivos de autodefensa más serios, porque temen que se vuelvan en su contra. Además, la mayoría de nosotros preferiría no pensar en la inquietante perspectiva de ser atacados. Pero si alguien está lo suficientemente cerca de ti como para poderlo tocar con las llaves, probablemente sea mejor que le tires del pelo, le rasguñes o vayas directo por sus ojos. Además, señala que al rasguñar a alguien “guardas su ADN debajo de tus uñas”. No es de extrañar que nadie quiera pensar en todo esto.