La música es algo indispensable en la vida de la mayoría de las personas; más si vives en una zona que alberga gran cantidad de personas (como la Ciudad de México). Salir de tu casa sin llevar audífonos puede ser un pecado mortal: podrías verte obligado a escuchar a las señoras hablar sobre toda su vida (y me refiero a toda); oír a un bebé llorar o simplemente degustar las siempre hermosas canciones de los vagoneros en el metro. Sin embargo, aunque la música sea parte de nosotros, existen canciones raras, extrañas, bizarras y demás adjetivos, que andan pululando por ahí, en internet. Es por eso que hoy, te presentaré algunas de las canciones más raras que escucharás. Acompáñame.
#4.- Flos Mariea: Amén
No sé cómo empezar esto. Sin duda (y no tengo nada o casi nada en contra de la religión), una canción religiosa mal hecha y, por si esto no fuera poco, no sé quién le dijo a estas hermanas que cantaban bien. Además, la canción tiene una letra de lo más rara; hay una frase que dice: “como una loncha de queso en un sándwich preso”. ¡Joder!, Sabina, Dylan, Cohen, agárrense, que, contra estas frases épicas, no pueden. Se nota que el sentido del ridículo de estas chicas no es su fuerte.
#3.- El chiqui chiqui
Apenas voy en el segundo puesto y ya me arrepentí de seguir. No me puedo creer que si quiera esta canción exista, ya ustedes mismos lo comprobarán con sus propios oídos.
(Si algún lector se graba bailando esto, por favor, envíelo)
#2.-Fey: Popocatépetl
Que alguien me explique, ¿por qué no está Fey encerrada bajo llave, por haber hecho esta canción tan bizarra? ¿Qué tiene que ver el hecho de bailar con un pie (o con los dos) y el volcán Popocatepetl? No sé si le está diciendo que baile a la gente o al volcán. ¿Acaso quieres que el Popocatepetl haga erupción? ¿Esta canción es una especie de ritual para hacer que el Popocatepetl acabe con todos nosotros? No lo sé… pero este es el puesto número 2.
#1.- Rosario: Mi gato
“Uy, uy, uy, mi gato hace uy, uy, uy, uy, uy, uy, mi gato hace ay, ay, ay, ay, uy, uy, uy, mi gato hace uy, uy, uy,uy, uy, uy, mi gato hace ay, ay, ay, ay,ay, ay, ay, ay, ay”
No entiendo, de verdad. Quizá Rosario aprendió el lenguaje de los gatos y resulta que nosotros hemos estado equivocados durante toda nuestra existencia; nuestros oídos nos engañan, no podemos confiar en ellos. Los gatos seguramente no maúllan, sino que dicen ¡uy!, y ¡ay!. Habrá que ponernos a investigar cómo es que realmente hacen los gatos. Seguiremos informando.
Y ya. Ya no aguanto más rarezas como estas por hoy. Si te gustó no olvides darnos like y seguirnos en nuestras redes sociales.
-Yo soy Hari Seldon y bueno…ya sabes.